Mamá a los 40 by Deb
¿Qué es un mioma uterino?
El útero tiene dos capas, la más externa es la capa muscular y es la responsable de las contracciones que durante el parto expulsan al feto. Los miomas uterinos, son tumores muy frecuentes y pueden estar presentes en más del 50% de las mujeres. Tienen una relación con las hormonas del ovario, de tal manera que, cuando la mujer llega a la menopausia, tienden a reducirse o desaparecer totalmente.
Tipos de miomas uterinos existentes
Existen diferentes tipos de miomas y los mismos se clasifican según su ubicación, en función de lo cerca o lejos que estén del endometrio.
A continuación se enumeran los 4 tipos de miomas existentes:
Mioma submucoso
Son los más internos. Los síntomas de los miomas submucosos son más graves que otros tipos de miomas como es el caso de las hemorragias vaginales. Esto es debido a su localización más interna. La técnica quirúrgica de referencia extirpar un mioma submucoso es la histeroscopia quirúrgica.
Mioma subseroso
Es el miomas situado en parte mas externa de la capa muscular. Los miomas subserosos se forman debajo de la capa más externa del útero y crecen hacia el exterior del mismo. Pueden derivar en el llamado mioma pediculado ya que al desprenderse del útero queda solo unido a él por una fina porción del tejido.
Los síntomas del mioma subseroso pueden tratarse con analgésico aunque la intervención quirúrgica es el tratamiento definitivo.
Miomas intramurales
Son los que se encuentran en la parte más central de la capa muscular del útero denominada miometrio, sin alcanzar la parte más interna ni la más externa. Constituyen el tipo de mioma más común de todos.
El tratamiento recomendado para el mioma intramural es el quirúrgico.
Miomas transmurales
Son muy grandes y afectan a toda la capa muscular, desde la parte más externa hasta la más interna. El mioma transmural se desarrolla en el espesor de la pared del útero y puede alcanzar un tamaño que distorsiona el endometrio y la superficie serosa. ES junto al anterior uno de los más frecuentes.
Síntomas de los miomas uterinos
Los síntomas de los miomas dependen de dos factores: tamaño y ubicación, sobre todo. Los miomas subserosos (los más externos) suelen ser asintomáticos, sin embargo los submucosos (los más internos) suelen dar síntomas leves: sangrado anormal (regla muy abundante, reglas frecuentes, sangrado continuo entre otros) y síntomas por compresión de órganos vecinos cuando son de gran tamaño (presión en la vejiga, en el recto, dolor con las reglas o durante el ciclo, sensación de peso en el bajo vientre, molestias con las relaciones. Habitualmente los miomas, son asintomáticos en un 50%.
Otro síntoma que puede producir un mioma es el dolor lumbar.
¿Tienen los miomas algún efecto secundario sobre la fertilidad de la mujer?
Existe una gran controversia sobre esta cuestión. Se conoce que los miomas submucosos pueden llegar a dificultar la implantación del embrión o aumentar las posibilidades de aborto, por ello se recomienda extirparlos antes de buscar el embarazo. Respecto a los miomas subserosos, éstos no suelen interferir en la fertilidad de la mujer. El papel de los miomas intramurales es más discutido y parece que depende, sobre todo, de su tamaño aunque no existe un tamaño límite que se relaciones con problemas de fertilidad.
Tratamiento de los miomas uterinos
Solo se tratan los miomas que, aunque se hayan diagnosticado, produzcan síntomas a la paciente. Una mujer sin síntomas no debe ser tratada aunque se hayan localizado los miomas. Hay varios tratamiento y su elección por parte del ginecólogo y depende de muchos factores, la edad de la paciente, entre los que se encuentran la sintomatología, el deseo de quedar embarazada, o las propias preferencias de la paciente.
Las distintas opciones de tratamiento de los miomas uterinos se explican a continuación.
Tratamiento médico
Se realiza mediante gestágenos, anticonceptivos hormonales combinados (suelen ser muy eficaces en el tratamiento de los trastornos de sangrado presentados por las pacientes); análogos del factor liberador de gonadotrofinas (son eficaces en el tratamiento de los trastornos de sangrado y son capaces de reducir el tamaño; sin embargo dan muchos efectos secundarios y los síntomas suelen reaparecer al suspender el tratamiento, por lo que se suelen utilizar como tratamiento prequirúrgico); moduladores selectivos del receptor de progesterona (el único en el mercado actualmente es el acetato de ulipristal. Es muy eficaz tanto para tratar el sangrado como para reducir el tamaño; recientemente se ha aprobado su uso indefinido).
Tratamientos no invasivos
Embolización de las arterias que llegan al mioma (se hace con control radiológico a través de una arteria de la pierna; muy eficaz para tratar los miomas intramurales que producen sangrado; si la mujer se embaraza después de su realización las complicaciones de la gestación son relativamente frecuentes por lo que se utiliza como alternativa a la histerectomía); HIFU (es una técnica que permite destruir los miomas mediante el uso de ultrasonidos; es muy eficaz en miomas intramurales únicos no demasiado grandes , de 7 a 8 centímetros de tamaño. El embarazo posterior suele no tener complicaciones). Radiofrecuencia (destruye los miomas mediante el uso de esta técnica; es el tratamiento más reciente y no existe mucha experiencia aun con su uso).
Tratamiento quirúrgico conservador
Consiste en la extirpación del/los miomas mediante técnicas mínimamente invasivas (histeroscopia, laparoscopia en función de la localización) o, mediante laparotomía (abriendo el abdomen), cuando aquellas técnicas no son posibles (solo en muy pocas ocasiones: menos del 10% de las miomectomías deberían realizarse por laparotomía).
La principal ventaja de estas técnicas es que consiguen extirpar los tumores con una agresión mínima a la paciente. La recuperación es muy rápida y presentan pocos riesgos. Se puede buscar el embarazo entre 3 y 4 meses después de la cirugía.
El riesgo de tener que practicar una histerectomía no planificada como consecuencia de alguna de estas técnicas es prácticamente nulo cuando la cirugía la practican cirujanos expertos.
Tratamiento quirúrgico radical
Consiste en la extirpación total del útero que, la gran mayoría de veces, se puede realizar mediante laparoscopia mínimamente invasiva, siendo necesario realizar una laparotomía en menos del 10% de las ocasiones.
La principal indicación de la histerectomía es para aquellas mujeres que, habiendo completado su deseo reproductivo, quieren solucionar su problema de manera definitiva evitando el riesgo de reaparición de los tumores. La extirpación del útero no tiene implicación alguna para la vida de la mujer, excepto la falta de capacidad de embarazo (no hay alteración hormonal, no hay mayor riesgo de prolapso, no hay alteración de la vida sexual, etc.).