Mamá a los 40 by Deb
Primer mes de Vida
Durante el primer mes de vida del bebé, su principal necesidad consiste en establecer un ritmo respiratorio regular y constante y dominar funciones como el llanto, el estornudo, la tos, el bostezo y todo aquello que le pueda suponer un esfuerzo al pequeño. Los cinco sentidos del bebé en su primer mes de vida se encuentran preparados para recibir estímulos y procesar informaciones básicas, que más tarde se irán desarrollando.
La cabeza del bebé es grande y pesa mucho y carece de fuerza en el cuello, así que tendrás que sujetarla con mucho mimo. Se está todavía formando, así que deberás tener ciertos cuidados para que tu hijo no sufra ningún tipo de malformación o la aparición de plagiocefalia, una deformidad del cráneo en los niños. A la hora de meterlo en la cuna, intenta que su cabeza mire hacia el lado derecho y, en otras ocasiones, hacia el lado izquierdo, y que no pase mucho tiempo en la misma postura.
Además, el bebé consigue mover sus pies y manos. Si te fijas, desde sus primeros días es capaz de flexionar las piernas y los brazos hacia sí mismo, aunque lo haga de manera inconsciente. El bebé de un mes ejercita sus reflejos. Consigue agarrar los dedos de sus padres e incluso tirar de ellos y abre y cierra los ojos cuando algo le molesta, por ejemplo, la luz del sol. Y, quizás lo más bonito, con un mes el niño ya empieza a regalarle a los padres su primera sonrisa. ¿No es maravillos?
Aunque, al principio, el bebé no conoce bien su cuerpo y sus sentidos no están del todo desarrollados, el recién nacido se relaciona desde muy pronto con el mundo exterior. En esta etapa, el bebé todavía no ve con nitidez. Apenas consigue ver sombras a una corta distancia de medio metro. Los primeros colores que comenzará a distinguir serán el blanco, el rojo y el negro.
En los primeros días de vida, el niño todavía no es capaz de fijar la mirada y, por eso, lo que más le llama la atención es el contorno de los ojos y el movimiento de la boca de las personas que le rodean. Le gusta que acaparen su curiosidad con juguetes que tengan luces y sonidos, ya que le divierte. Pero mucho cuidado, porque pueden provocar un efecto inverso en el niño y sobreestimularle demasiado.
También verás que intenta comunicarse contigo a través de la boca y que, al abrirla y cerrarla, parece que quisiera hablar, pero para esto queda todavía mucho.
En cuanto al sentido del oído, el bebé de un mes es capaz de percibir prácticamente todos los sonidos, aunque le llegan como si fueran una especie de eco, ya que todavía no puede detectar la fuente o el origen. La exposición a los diferentes sonidos creará un mapa cerebral en su memoria (mapa tonotópico) que se irá perfeccionando a lo largo de los meses y hasta alcanzar los tres años de edad aproximadamente.
Si se inquieta, intenta tranquilizarle hablándole con cariño y dándole muchos mimos. Es necesario que el niño sienta afecto y protección, pues esto le dará la seguridad que ya tenía en el interior del útero de la madre. También puedes cantarle nanas para que se relaje, duerma mejor, mejore su estado de ánimo, le permita adquirir nuevas habilidades motoras y os ayude a fortalecer ese vínculo que madre y bebé crearon dentro el útero materno.
¿Cuáles son los reflejos que se desarrollan en el bebé durante su primer mes de vida? A continuación, citamos los más importantes:
- Reflejo de búsqueda
Si acaricias la mejilla del bebé con un dedo, la tetina o el pezón notarás como gira levemente su cabecita en esa dirección mientras abre la boca. Se trata de un reflejo básico que le ayuda a detectar el pecho o el biberón fácilmente para, de esta manera, poder comer y alimentarse.
- Reflejo de succión
Una vez que la tetina del biberón o el pezón toquen sus labios, el bebé comenzará a succionar. Es otro de los instintos básicos. Además, es habitual que los recién nacidos se lleven las manos o los dedos a la boca para chuparlos.
- Reflejo de sobresalto
El bebé todavía no dispone de lenguaje verbal para comunicarse, por eso, expresa sus emociones mediante la comunicación no verbal. Ante un movimiento brusco o ante un sonido fuerte, el pequeño reaccionará llorando o pegando patadas rápidas (como ya hacía en el vientre de mamá antes de nacer).
- Reflejo de presión
Es uno de los reflejos que más llama la atención de los bebés. Cuando colocas un dedo en la palma de su mano o en la planta de sus pies y el pequeño cierra el puño y lo agarra con todas sus fuerzas. ¡Y menuda fuerza!
Aunque a priori no te lo parezca, estos reflejos son muy importantes ya que determinan que la actividad cerebral y neurológica del recién nacido se está desarrollando con normalidad.
Tendrás que esperar todavía bastante tiempo para que oigas a tu bebé decir sus primeras palabras, pero eso no quiere decir que no te puedas comunicar con él. Además de utilizar el llanto para expresar sus emociones y deseos, el bebé de un mes ya es capaz de emitir algunos pequeños sonidos, sobre todo, sonidos guturales muy similares a los de las vocales.
Lo más llamativo es su capacidad de comprensión. La voz y el rostro de su mamá es lo que más atrae su atención y, ante su presencia, es probable que se mueva, que sonría, que abra mucho los ojos o que cese el llanto.
La teoría nos dice que, durante el primer mes, el bebé apenas está despierto. Se supone que se pasa durmiendo casi todo el día y que solo se levanta durante cortos períodos para comer, pero no siempre es así y esto es algo que desespera a los padres y que añade más estrés al día a día.
Dentro del útero materno, el niño solía dormir por el día (se cree que es porque la madre tiene más actividad y ese movimiento hace que el bebé concilie mejor el sueño) mientras que por la noche permanecía despierto y es por ello el momento cuando se notaban más las patadas.
Ahora fuera, el recién nacido tiene que regular sus ciclos de sueño y, para ello, te recomendamos que, si duerme por el día, lo haga con la luz solar, que no cierres cortinas ni bajes persianas y que hagas 'el ruido' que corresponda con ese momento. En cambio, por la noche crea un ambiente relajado como el que tú utilizas para dormirte.
Para que te hagas una idea (pero recuerda que son datos) suelen dormir mucho, de 16 a 20 horas al día. En las primeras semanas, su sueño diurno suele interrumpirse a intervalos de 2 o 3 horas para sus tomas de leche, a medida que el bebé vaya creciendo también aumentará el espacio de tiempo entre las tomas.
La respiración del bebé de 1 mes es algo ruidosa e irregular y, sobre todo, muy diferente a la de los adultos, ¡parecerán como unos pajaritos! Para que te hagas a la idea y lo entiendas: los mayores emitimos 20 respiraciones al minuto y los niños entre 40 y 60, de ahí que los padres se asusten. ¿A que parece que su pecho se mueve constantemente y que se le va a salir el corazón? ¡Eso es porque su cuerpo tiene poca grasa y los movimientos se notan más!
Ante todo, en lo referente al sueño del bebé, ten en cuenta que este debe adaptarse a un nuevo entorno desconocido para él y que es totalmente normal que se muestre intranquilo en algunos momentos. Como madre o padre, intenta crear un espacio tranquilo y relajado para que el bebé descanse e intenta aprovechar esos momentos (en la medida de lo posible) para descansar tú también y recuperar fuerzas.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda la lactancia materna como único alimento para el bebé durante los seis primeros meses de vida y, si se puede, una vez que se realiza la introducción de la alimentación complementaria y de los sólidos, continuar con el amamantamiento hasta que el pequeño cumpla los dos años.
En cualquier caso, si la madre no puede dar el pecho al recién nacido por la circunstancia que sea, el niño puede alimentarse con biberón a través de la leche de fórmula. Si es así, te aconsejamos que te informes bien sobre el mejor tipo de leche: leche de soja, para bebés prematuros, de vaca (se recomienda a partir del año de vida), para los intolerantes a la lactosa...
Tanto si el bebé es alimentado con lactancia materna como con lactancia artificial, no es necesario administrar ningún suplemento, salvo indicación médica, teniendo en cuenta también el lugar del nacimiento del bebé (en países con poca luz, quizás se le sugiera un refuerzo de alguna vitamina). De ahí que sea muy importante acudir a las distintas revisiones pediátricas para que el especialista controle el peso y la talla del bebé y verifique que son los apropiados a su edad.
Según pasen los días, la conexión entre tu bebé y tú irá en aumento y solo con mirarle a la cara sabrás qué es lo que le ocurre. Le encanta que le cojan en brazos y le acunen. Paséale por los distintos rincones de la casa y que escuche distintos sonidos. Que el niño se vaya familiarizando con su hogar y con los distintos ruiditos que escuchará todos los días es muy importante.
Y que nadie te diga que el niño se malacostumbra cuando está en tus brazos, ¡es mentira! Si le dejas llorar en lugar de tenerlo cerquita de ti lo único que conseguirás es crear en él ansiedad, desconfianza y que desarrolle una falta de autoestima.
El bebé reconocerá a su mamá por su olor y le encantará estar en sus brazos para escuchar los latidos de su corazón, de esta manera se siente protegido. ¿Sabes lo que puedes hacer para que te note a su lado, por ejemplo, cuando tú te estés duchando? Ponerte una mantita de tela sobre ti durante un rato largo y, después, dejarla cerquita de él. No será lo mismo, pero se relajará durante un tiempo.
El bebé descubre, en esa etapa, que el llanto es su único y, por lo tanto, su mejor recurso para conseguir atención. Todos los llantos del bebé serán distintos y se producirán por un motivo concreto. Con el tiempo aprenderás a identificarlos, pero esta pequeña guía te puede ayudar: neh-hambre, owh-sueño, eh-ganas de eruptar, eairh-cólicos o gases y, por último, heh-calor o pañal sucio.
- Un cuadro bastante frecuente que afecta, según la Asociación Española de Pediatría, a 1 de cada 4 niños en sus primeros meses de vida son los llamados cólicos del lactante. Se tratan de episodios repetidos de llanto intenso y desesperado aparentemente inexplicables. Este trastorno preocupa mucho a los padres, sin embargo, son inocuos, no tienen trascendencia médica y suelen desaparecer espontáneamente, por lo general, antes de los tres meses.
- Seguro que, con el paso de los días, habéis perfeccionado la técnica de bañar a vuestro bebé, pero ten en cuenta que siempre debes hacerlo en un ambiente cálido, con agua tibia y tener a mano la toalla, el pañal y su ropita para secarle y vestirle lo antes posible.
- Aunque el vínculo con la mamá es muy muy intenso, no se puede perder de vista el papel del padre en estas primeras semanas de vida del bebé (y en todo su desarrollo). Es posible que el papá se sienta en ocasiones excluido de la relación mágica entre el bebé y la madre (y que sienta algunos celos), por eso hay que involucrarle en su crianza y cuidados (dejando que le bañe, que le cambie el pañal o que le dé el biberón en el caso de que se haya optado por la lactancia artificial). De esta forma, el bebé crecerá con un apego seguro hacia sus dos figuras de referencia.
Segundo mes de Vida
A los dos meses, el bebé ya intenta levantar la cabeza si está boca abajo, apoyándose en los antebrazos. Todavía su cuello no ha ganado la suficiente fuerza como para mantener esta posición durante mucho rato. Aunque ya sabes que el pequeño no debe dormir boca abajo por riesgo de muerte súbita, sí que es recomendable que le pongas en esta posición por tiempos cortos de tiempo para que su columna se vaya fortaleciendo.
El bebé de dos meses muestra interés por los estímulos visuales y auditivos. Es capaz de fijar la mirada y seguir un objeto. Sonríe y emite sonidos cuando le hablan. ¿Qué tal si cogemos una pelota de tela, se la mostramos mientras él está tumbado boca arriba y la movemos hacia el lado derecho o izquierdo? ¡Pruébalo y verás lo que ocurre! ¡Todo emoción!
En este segundo mes, ya se nota una mayor evolución. La mayoría de los bebés consiguen mover los ojos y la cabeza para acompañar algún movimiento de objeto o de alguien. Los estudios sostienen que seis de cada diez bebés reconocen el rostro de su mamá.
Para comunicarse, el pequeño utiliza el llanto para decir lo que quiere, como por ejemplo, que tiene hambre o que no paren de moverle en el carrito de paseo, algo muy típico en los niños. ¿Sabías que, según la Asociación Española de Pediatría, los bebés pueden llorar una media de tres horas al día? Algunos lo harán más, pero tranquila, según pase el tiempo ellos mismos encontrarán otras formas de calmarse, como con el uso del chupete.
Por norma general, el peso y talla habitual en esta etapa es:
- Niños: 58,5 cm (talla) y 5,5 kilos (peso).
- Niñas: 57,2 cm (talla) y 5,2 kilos (peso).
No obstante, si tienes cualquier duda respecto a los percentiles de tu pequeño, recuerda que consultar con el pediatra siempre es la mejor opción. No hagas caso a las opiniones que puedan darte otras personas y confía solamente en los consejos y recomendaciones que te dé el médico de tu hijo.
En su primer mes de vida, el bebé se manifestaba fundamentalmente para expresar malestar, sin embargo, en este segundo mes, el pequeño ya empieza a dar muestras de placer y comienza a potenciar fundamentalmente dos de sus sentidos: la vista y el oído.
- Vista
Su campo visual llega a extenderse hasta los 30-40 centímetros y sus ojos son capaces de seguir los objetos en movimiento de manera horizontal, vertical y hasta circular. Los colores que más captan su atención son el rojo, el azul y el verde y, si te fijas atentamente, podrás darte cuenta de que a tu bebé le atrae mucho la luz de la lámpara de casa.
- Oído
A finales de este segundo mes y comienzos del tercero, el bebé irá siendo capaz de distinguir la procedencia del sonido y moverá lentamente su cabecita en esa dirección. Su sonido preferido es la voz de mamá la cual es capaz de tranquilizarle más que nadie.
A partir de la quinta semana, la carita de tu bebé ya no será la de aquel recién nacido que hace nada tenías entre tus brazos y lo mejor de todo es que empezará a comunicarse con su primera sonrisa. Un momento estimulante para él y sus papás. Muchos bebés consiguen sonreír en respuesta a otra sonrisa. Cuando la madre u otra persona cercana le dedique tiempo para hablar, el bebé se reirá demostrando que le gusta, y es que es una etapa en la que las personas y los rostros humanos le llaman mucho la atención. ¿Y si empiezas a jugar con él al clásico juego de aparecer y desaparecer?
El llanto seguirá y puede que de una forma más fuerte en razón de los llamados cólicos del lactante. Estos empiezan a manifestarse en la mayoría de los niños a partir del mes y medio de vida y se pueden alargar hasta los tres-cuatro meses. Generalmente, se dan por la tarde-noche y duran una media de 2-3 horas.
¿El motivo? Como dice el estudio, 'La prevención y tratamiento de los cólicos del lactante', realizado por C. Calvo Romero, gastroenterólogo infantil del Hospital Clínico Universitario de Valladolid (España), puede ser por causas psicológicas (estrés de los padres y causas socioeconómicas), gastrointestinales (inmadurez del sistema digestivo), dietéticas (alergia a la proteína de la leche) o inmadurez neurológica.
Su tratamiento pasa por masajes en la zona de la tripa, procesos de acupuntura y, en el caso de que el pediatra lo recomiende, algún tipo de tratamiento farmacológico.
El bebé mueve sus manos y pies, pero todavía no es capaz de controlar perfectamente sus movimientos por lo que le cuesta agarrar objetos o alcanzarlos. Y, otro dato importante, su manos están más tiempo abiertas y puede patalear de forma insistente.
El reflejo de Moro (sobresalto) y el reflejo tónico del cuello (posición de esgrima), reflejos primitivos propios de los recién nacidos, empiezan a desaparecer.
El principal medio de comunicación del bebé de dos meses seguirá siendo el llanto. Todavía queda bastante para que aprenda a hablar (¡ten paciencia!), pero a estas alturas seguro que ya has aprendido a diferenciar sus sollozos de hambre, dolor, cansancio, sueño…
Lo más significativo y característico del lenguaje a esta edad son los gorgoritos, escucharás como tu bebé emite sonidos como 'ooh' y 'aah', es el precedente de los sonidos vocálicos que ya está empezando a desarrollar.
Como ya te hemos comentado, lo más bonito de esta etapa será ver su sonrisa. ¡Disfruta de cada momento que, aunque ahora no te lo parezca, crecen muy rápido!
Debido a los cólicos del lactante de los que ya te hemos hablado, es muy probable que el sueño del bebé de esta edad se vea alterado y que se sienta muy inquieto a última hora de la tarde o a primeras horas de la noche.
Esto provoca mucha angustia en los padres, pero no queda otro remedio que esperar a que pasen. Intentad hacer turnos para estar con el bebé y que podáis descansar vosotros también. Recordad que vuestra tranquilidad y serenidad ayudarán mucho al chiquitín.
El bebé va espaciando espontáneamente las tomas después de las primeras semanas de vida. Ha ganado experiencia succionando y puede realizar la toma en unos diez minutos en cada pecho o incluso menos. Los problemas de mastitis o grietas en el pezón que pudieron aparecer los primeros días, seguramente ya han desaparecido. ¡Empieza el momento de que mamá y bebé disfruten de la lactancia materna y se beneficien de ella!
Por un lado, a la madre le ayuda a recuperarse mejor del parto, la protege frente a un futuro desarrollo del cáncer de mama o de ovario y disminuye la incidencia de fracturas posmenopáusicas. Por otra parte, para el pequeño lactante, puede ser una de sus mejores vacunas, ya que reduce las posibilidades de infecciones y alergias y estimula sus defensas, además de ayudarle en el proceso de hacer la digestión y favorecerle el desarrollo neurológico y visual.
Pero si no has podido dar el pecho por la circunstancia que sea, la leche artificial también le ayudará en su desarrollo y tus besos y caricias serán su mejor alimento. Independientemente del tipo de alimentación que reciba el bebé, ya sea lactancia mixta, artificial o materna, no se le debe administrar ningún otro alimento si no es recomendado por el pediatra.
Lo normal es que el bebé vaya aumentando de peso regularmente ganando unos 150-200 gramos cada semana y, dado que gran parte de la hormona del crecimiento se segrega mientras que duerme, necesita descansar mucho para crecer adecuadamente.
Es básico seguir el calendario de vacunaciones del bebé y llevar todas las vacunas al día. A la hora de dormir, hay que poner al bebé boca arriba y sin almohada y no dejarle nunca sobre la cama de los padres o el cambiador sin vigilancia. A pesar de que es muy pequeño, puede rodar y caer al suelo.
En cuanto al cambio del pañal debemos ser muy responsables y conscientes de que hay que hacerlo frecuentemente, incluso adelantarnos y no esperar a que el bebé lo moje. Además de coger uno nuevo, debemos limpiar bien la zona y hacerlo con agua y jabón neutro o con toallitas higiénicas para este fin, pero intentando no abusar para no dañar la fina barrera cutánea del bebé.
A los dos meses, empezarás también a disfrutar del momento del baño. Tu pequeño se ha familiarizado con este instante del día y ya no 'sufre' tanto. ¡Los llantos y miedos del primer día se han transformado en risas y alegría! Se recomienda hacerlo por la tarde-noche, previo última toma antes de meter al niño en la cuna, para que así esté más relajado y concilie antes el sueño.
Para estimular los reflejos del bebé de dos meses puedes utilizar sonajeros o juguetes que desarrollen sus sentidos, sobre todo el del oído, haciéndolos sonar a un lado u otro de su cabeza para que dirija su mirada hacia ellos.
Es importante, a su vez, realizar movimientos con los brazos y piernas del bebé. Por ejemplo, moverlos hacia arriba y hacia abajo, abrirlos y cerrarlos, y repetirlos con las extremidades inferiores para terminar doblándolas y estirándolas con cuidado.
Realizarle masajes relajantes, cantarle nanas, mecerlo o bailar con el niño en brazos le dará tranquilidad y seguridad. ¿Has probado también la experiencia de portear a tu bebé contigo tanto cuando estás en casa como cuando sales a la calle? Es una oportunidad única de estar muy cerquita de tu retoño y, además, de obtener un montón de beneficios para él: reduce los síntomas de los cólicos, disminuye los momentos de llanto, mejora su autoestima al sentirse arropado y querido y favorece su control postural. ¿Necesitas más razones?
Todos estos hitos evolutivos que te hemos contado son los principales en los que se basan los médicos y profesionales para saber si un bebé se está desarrollando normalmente. Lo cierto es que cada niño experimenta su propio ritmo y desarrollo, algunos adquieren algunas habilidades antes y otros lo hacen un poco después. No obstante, se recomienda consultar con el pediatra si…
- El bebé no enfoca ni hace el intento de seguir las caras o los objetos.
- No reacciona ante ruidos fuertes ni ante la voz de su mamá.
- No mueve ambas piernas o ambas manos a la vez, es decir, patalea solo con una pierna o sacude únicamente un brazo.
- No llora o no emite ningún tipo de sonido.
Terecer Mes de Vida
Al pequeño le encanta estar boca abajo levantando la cabeza (puede llegar a estar 10 segundos en esta posición) y el tronco y apoyándose en los antebrazos. Sus movimientos de brazos y piernas empiezan a ser intencionados, aunque es muy chiquitito y todavía no sincroniza bien. Como ya empieza a realizar 'pequeños movimientos' tienes que tener cuidado y no dejarlo solo en la cama porque se puede voltear. Quedan aún algunos meses para ello, pero es mucho mejor prevenir.
Sin embargo, ya empieza a señalar con su dedito objetos, aunque no consiga cogerlos todavía. Le encanta la música y escuchar sonidos. ¿Qué tal si le cantas nanas? ¿Y si le coges en brazos y bailas con él? También te recomendamos que le cuentes cuentos a lo largo del día, no solo por la noche. ¡Escuchar tu voz le relajará y os conectará aún más!
En cuanto a sus sentidos, ha desarrollado más la vista y ya persigue los objetos con la mirada. Logra distinguir también una gama de colores, le gustan sobre todo los colores primarios por lo que no te extrañes si le ves especialmente emocionado cuando tiene cerca juguetes o ropa de color verde, azul o rojo. Consigue enfocar la visión casi tan bien como un adulto, aunque no será hasta los seis meses cuando alcance una agudeza visual más definida.
Asimismo, reconoce la voz de sus familiares y nos deleita con esa sonrisa que hace que se nos caiga la baba. Y es que su cerebro y, sobre todo, su memoria empieza ya a estar muy activo.
En cuanto a su peso y talla, lo normal es que el peso del bebé sea de unos 6-7 kilos. Al acabar este mes, es probable que haya aumentado unos 10,5 centímetros aproximadamente con respecto a su estatura al nacer. Recuerda que, en este sentido, la genética juega un papel muy importante y puede haber una cierta variación en los valores hacia arriba o hacia abajo. No te preocupes, lo mejor es que no dejes de asistir a las revisiones pediátricas de tu hijo, ya que el doctor te dirá si su crecimiento está dentro de lo esperado.
El bebé de tres meses descubre sus manitas. Las manos son sus nuevas herramientas en esa etapa. Las mantiene muy abiertas y algunos pequeñines ya consiguen coger o sostener algún objeto. Intentan tirar del pelo de sus papás, morderles y pellizcarles.
Aún sus movimientos no tienen la coordinación suficiente y se puede hacer daño sin querer, por ejemplo se puede arañar a sí mismo con las uñas. Cortar las uñas a un bebé puede ser difícil y complicado, pero es necesario para evitar que se lastime y, también, posibles infecciones. Para hacerlo sin que él sufra, intenta hacerlo mientras duerme o pide ayuda a otro miembro de la familia para que le distraiga. Si no están muy largas, utiliza una lima; si han crecido mucho, unas tijeras especiales para bebés.
Le queda poco para cumplir las veinte semanas de vida, momento en el que su presión palmar es más fuerte y eficiente. En esta etapa se acercará las cosas a la boca para investigarlas y reconocerlas, así que tendrás que estar con los ojos bien abiertos para que no se meta ningún objeto peligroso.
Llegó la hora de trabajar la relación causa y efecto. El bebé aprende que, aunque sin querer, él consigue provocar sonidos y ruidos a partir de un objeto. El llanto es su mejor arma de persuasión, aunque ya no lo hará como antes. El bebé también 'habla' a través del balbuceo y de la risa y parece que te responde cuando te diriges a él.
En esta etapa, lo más característico en la forma de comunicarse de tu bebé serán los balbuceos. Empezará a utilizar algunas vocales abiertas (a, e y o) y algunas consonantes (k, g y j). Todavía queda un poco para que tu niño aprenda a hablar, pero, a estas alturas, ya sabrás comunicarte con él y te habrás percatado de que hay ciertos patrones que repite para que puedas interpretar sus necesidades en cada momento.
Por ejemplo, si el bebé comienza a patalear enérgicamente o se le enrojece la cara quiere decir que está molesto, enojado, sobreestimulado o que necesita que le cambies el pañal para estar cómodo. Para decirte que está cansado, se frotará los ojos con las manitas o bostezará.
¿Cómo es el sueño del bebé a los tres meses de edad? Cada niño es un mundo y, por eso, hay que coger esta información con cautela. Por regla general, los niños ya están 'acostumbrados' a este nuevo mundo y han ido poco a poco cogiendo hábitos y rutinas (dormirán unas 15 horas al día). Si no es así, te aconsejamos lo siguiente:
- Hacer siempre lo mismo antes de acostarlo, para que él lo vaya incorporando como una costumbre y 'adivine' lo que viene a continuación.
- Antes de meterlo en la cuna, intenta tranquilizarlo: puedes darle unas caricias, susurrarle al oído una canción, sostenerlo un ratito en brazos...
- Si tu retoño duerme plácidamente, ya no tienes que despertarlo para alimentarlo, a no ser que el pediatra te lo haya aconsejado porque está bajo de peso.
Además del sueño nocturno, el niño seguirá durmiendo sus siestas: una o dos por la mañana y otra más larga por la tarde.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de vida. Por lo tanto, aún no es el momento de introducir alimentación complementaria. Además, probablemente tanto tu bebé como tú estéis ya disfrutando al máximo de este momento, aunque tienes que saber que a los tres meses se produce la 'temida' crisis de los tres meses del lactante.
Se ha podido producir otra crisis a las 6-7 semanas, pero muchas madres no lo notan porque aún están acostumbrándose a este nuevo papel de ser madre. También llamado brote de crecimiento, se trata de una etapa dura y complicada en la que el bebé se engancha al pecho pero al poco tiempo se quita. ¡Es como si no quisiera mamar o no tuviera hambre!
Esta circunstancia hace que muchas mujeres abandonen la lactancia materna porque tienen miedo de que su bebé no coja peso y enferme. Además, las tomas son muy caóticas y el niño parece estar muy alterado. Esto es debido a que el cerebro del bebé produce grandes cambios (las conexiones neuronales se multiplican) y el bebé está más excitado. ¡Tendrás que tener paciencia! Pasa (pueden ser 10-20 días), pero al final todo vuelve a su cauce.
Y, un consejo que lanzan desde la Asociación Argentina de Pediatría, en su informe 'Crisis de lactancia': 'cuando un niño está en plena crisis, puede resultar muy útil darle el pecho en penumbra y en silencio. Cuántos menos estímulos externos haya, más tranquila será la toma'.
Por el contrario, si el bebé toma biberón o hace lactancia mixta, en cada visita de control de salud, el pediatra indicará la cantidad de fórmula a administrar en cada toma teniendo en cuenta cómo está siendo el crecimiento del bebé y su desarrollo.
Otra preocupación frecuente para los padres en esta etapa es el estreñimiento del bebé. Lo cierto es que, en este sentido, cada niño es un mundo: unos pueden hacer sus necesidades tres veces al día y otro una vez cada dos días. Lo habitual, es que los bebés que maman no se estriñan ya que la leche materna contiene ingredientes que mantienen las heces blancas, no obstante, si notas que tu hijo hace heces duras (en forma de bolitas), que llora al hacer caca (porque seguramente le duele) o que mancha el pañal con un poco de sangre, consulta al pediatra cuanto antes.
Para fortalecer los músculos dorsales del bebé podemos levantarle de los dos brazos desde la posición de tumbado. Cada vez tiene más agilidad con las manos por lo que podemos darle un sonajero o un juguete para que pueda moverlo y hacer que suene.
También puedes enseñarle a darse la vuelta. Coloca tus manos debajo de los hombros y gíralo suavemente de un lado a otro. Consejo: háblale mientras le realizas este movimiento para que sea más divertido para él.
El baño es un momento muy estimulante para el bebé, además de relajarle, encontrará divertido chapotear con sus piernas y comprobar que el agua salta cuando él se mueve con fuerza.
Otro juego que le encantará será que le hables poniendo otras voces, por ejemplo, imitando a una vaca, a un perro o un león. Consejo: no hace falta que alces mucho la voz, le puedes incluso susurrar al oído.
Cuando vayáis de paseo, sitúa su carrito debajo de un árbol verde. ¡Notarás cómo se queda embelesado! Además de estimular su visión, el sonido del aire golpeando a las hojas le permitirá desarrollar su oído.
Un ejercicio que les gusta mucho a todos los bebés es descubrir distintas texturas. Ofrécele objetos de distintos tamaños y texturas (cuidado que no sean peligrosos y, sobre todo, no se los dejes si tú no estás presente). ¡Será todo un explorador!
Cuarto Mes de Vida
A partir de este segundo trimestre de vida, el peso y el crecimiento en general se van ralentizando. Así durante este tiempo, las ganancias diarias son en torno a 20 gramos y las semanales alrededor de 140 gramos. De esta manera, suele ganar alrededor de 2 kilos en este segundo trimestre.
La longitud del bebé también aumenta más despacio, de manera que, en los tres meses siguientes, crece unos 6,5 cm, frente a los 10,5 cm que crece en los 3 primeros. Al final de este mes, el peso y la talla promedio serán respectivamente de 6,100 kilogramos y 63 centímetros.
Tienes que saber que estos datos y cifras son orientativas y que dependerán de algunos factores como el peso del bebé en el momento de nacer (por ejemplo, en los bebés prematuros será diferente), de cómo sea la constitución de los padres y, también, del tipo de alimentación (lactancia materna, lactancia mixta o leche de fórmula) por el que se haya optado.
Entre los cuatro y los seis meses, se desarrolla la visión del color del bebé. Ya reconoce los objetos y los busca. Observa las caras con mucha atención, y no solo se centra en los ojos como cuando era más pequeño. Empezará a diferenciar los sonidos: la voz de mamá, la de papá, y los de la música que le gusta. Y, también, comienza a desarrollar su sociabilidad.
El bebé ya no querrá estar solo, de hecho llora cuando mamá no está cerca de él y solo se calma cuando la siente cerca. Tu retoño dedica mucho tiempo a examinar y observar las cosas de tu alrededor. Sonríe a su imagen reflejada en un espejo (es indescriptible ver su cara de asombro, porque para él todo es nuevo) y al ver a personas que le son familiares, pero también empieza a mostrar timidez ante los extraños (es la primera señal de su 'yo' emergente).
Ejerce un mayor control sobre su cabeza en posición erecta. Cuando está boca abajo, se apoya sobre las manos abiertas y, si está acostado de espaldas, dobla el cuello hacia delante para verse los pies (hasta ahora no se había fijado en ellos), mientras trata de agarrárselos con las manos. Durante este mes, suelen empezar a darse la vuelta y prefieren estar sentados, porque ven con facilidad lo que hay alrededor, aunque todavía sea una postura que no pueden mantener por sí mismos, ¡aún le falta un poco de equilibrio!
Los padres deben estar más pendientes cuando dejen al bebé en lugares altos como el cambiador o la cama de matrimonio. ¡El bebé ya no para de moverse! Sigue a sus padres con la vista dentro de un radio de 180 ºC y muestra una gran curiosidad por todo lo que le rodea. Su coordinación mano-vista-objeto aumenta, demostrando anticipación en abrir la mano para poder agarrar lo que desea.
Se lleva objetos a la boca, un instinto natural que le ayuda a desarrollar la percepción de su cuerpo. Ponle en la mano objetos de fácil presión y distintas texturas para fomentar su capacidad de coger cosas y explorarlas. El bebé será capaz de coger un juguete y pasarlo de una mano a otra sin que se le caiga. Le encantará jugar con los sonajeros, los muñecos de peluche y con el chupete.
A los 4 meses algunos bebés pueden llegar a dormir de 8 a 10 horas seguidas durante la noche y, durante el día, realizar 3 o 4 siestas (dos por la mañana y una por la tarde). Pero, en otros casos (los más comunes), puede haber una alteración del sueño.
Si notas que su bebé se despierta más a menudo y que le cuesta descansar, todo tiene una explicación. Su cerebro empieza a madurar: sus patrones de sueño comienzan a cambiar y sus ritmos circadianos se ponen en marcha. Además, a esta edad muchas mamás se tienen que incorporar de nuevo al trabajo, lo que hace que se pueden sentir confusos e intranquilos y puede influir en su sueño.
Aunque no aparecen aún los dientes, si se empieza a tener molestias en la zona de la encía, lo que puede provocar que esté muy inquieto, molesto y excitado. Asimismo, otra característica que puede influir en su sueño nocturno para bien, en este caso, es que disminuye el número de evacuaciones y, con ello, el número de pañales sucios que cambiar.
La lactancia materna a demanda y en exclusiva es el alimento ideal para el bebé de 4 meses. y que, siempre que se pueda, se debería prolongar hasta los seis meses y continuar durante la alimentación complementaria hasta los dos años de edad. Hay que saber que la composición de la leche irá variando desde la primera toma (el calostro) hasta el final del amamantamiento (leche madura).
Si toma leche de fórmula, puede alimentarse con 4 biberones diarios de entre 180 y 210 ml cada uno. A esta edad está desaconsejado introducir una alimentación complementaria. La leche materna o artificial es el único alimento que los bebés de 4 meses necesitan, salvo contraindicación pediátrica. Y es que dar agua, por ejemplo, o algún tipo de alimentos sólido antes de los seis meses puede poner en riesgo la salud del niño ya que su estómago está inmaduro, hay peligro de alergias y de atragantamiento o intoxicaciones.
¿Y qué ocurre con los bebés que tiene lactancia mixta? Se trata de una fórmula que mezcla la lactancia materna con la artificial y que tienen algunas ventajas para la madre, ya que si tiene que ausentarse por algún motivo puede dejar el niño a cargo del padre, los abuelos o los cuidadores y no tener que agobiarse con las tomas.
Algunas madres quieren optar por la lactancia mixta, pero con una variación: usando su propia leche que habrán extraído con anterioridad. De esta manera, y como dice el informe 'Guía de la lactancia materna', elaborado por la Consejería de Salud y Consumo de las Islas Baleares (España), 'no es necesario preparar los cereales con leche artificial ni en polvo añadida, se pueden hacer con leche que tenga la madre congelada o que se acabe de sacar'.
Desde que nacen a los bebés le gustan que les hablen y prefieren escucharte a ti o a papá antes que una canción o los sonidos de un juguete, así que... ¡conversa con tu hijo todo lo que puedas! Puedes, por ejemplo, cuando vayáis de paseo en el cochecito o le lleves en la mochila de porteo contarle todo lo que estás viendo. ¡Le fascinará tu relato!
A partir de que supera el primer trimestre de vida, su lenguaje empieza a desarrollarse con soplidos, balbuceos, gritos y risas. Intenta repetir en un intento de emularte. Emplea diferentes expresiones faciales para comunicarse y cambia de expresión ante un sonido.
Es el momento de estimularle con nuevos sonidos, y mostrarle objetos y nombrarlos. Los bebés de cuatro meses son más conscientes de lo que escuchan y ven a su alrededor. Su capacidad para moverse y expresarse va aumentando a pasos agigantados cada día.
Hay un juego muy sencillo que puedes hacer con él, pompas de jabón, y es que las burbujas le fascinan. Sóplalas cerca de tu bebé (cuidado que no le toquen la cara) y verás lo bien que os lo pasáis. Y, como ya empieza a ser un niño más sociable, ¿por qué no invitas a alguna madre con bebé para que estén juntos? Aunque creas (y parezca) que no se hacen caso, ¡se dan cuenta de todo!
Quinto Mes de Vida
En cuanto a su movilidad, el bebé ha experimentado una grandísimo avance, ya que ahora es lo bastante fuerte para levantar la mitad superior de su cuerpecito apoyando los brazos. Durmiendo también se mueve y puede que se dé la vuelta si lo dejas solo en la cuna. Por cierto, quizás es el momento ideal para empezar a pensar en pasarle a su habitación si aún duerme en la vuestra y crearle su propio espacio.
También es muy común a esta edad que empiece a coger sus piernas hasta lograr meterse el pie en la boca. Demostrará su deseo de coger alguna cosa con más empeño y se enfadará y gruñirá si no consigue sus propósitos. ¡Su carácter ya se va forjando! Le gusta llamar tu atención porque sabe que acudirás en su busca.
Le encanta que le cojan en brazos, que le mimen y que pasen tiempo con él. Para mejorar sus estímulos, responde a su llamada cada vez que te llame y habla mientras vas hacia él para que se vaya percatando de tu cercanía. Por ejemplo, cuando le cambies el pañal, explícale todo lo que estás haciendo, cómo lo estás llevando a cabo y por qué lo haces.
Puede que notes que ya no va cómodo en el carrito y que la posición de estar tumbado todo el rato le incomoda. Llega el momento de cambiarla a la silla de paseo para que pueda seguir explorando el mundo, pero, para tu seguridad, colócala mirando hacia ti.
Estos son grandes hitos que poco a poco irá consiguiendo tu bebé a los cinco meses, pero no hay que olvidar que se pueden dar muchas diferencias en el desarrollo psicomotor de unos niños y otros. Debemos respetar el ritmo de cada uno, pero fomentando siempre esta evolución y, sobre todo, no comparándolo con otros bebés. Solo en el caso de que notemos algo raro (por ejemplo que a esta edad no se ría), acudir al médico.
Y seguro que te estarás preguntando… ¿Cuál es la talla y el peso 'normal' a esta edad?
- En niños, es habitual que alcancen los 66 cm y los 7,5 kilos.
- En niñas, su talla estará en torno a los 64 cm y su peso alrededor de 6,8 kilos.
No obstante, esto es orientativo y será tu pediatra el que pueda darte las indicaciones concretas en este sentido.
Tu hijo ya no sonríe a todo el mundo indiscriminadamente. Algo cambia en su comportamiento. Sonríe delante de un rostro familiar y a la vez se muestra serio y miedoso o vergonzoso en la presencia de personas a quienes no conoce. Su percepción se esmera, pues el bebé puede diferenciar una voz amable de otra menos amable y reaccionar a ellas de distintas maneras.
En esta etapa, empieza el juego con los pies (métele en la bañera y verás lo que disfruta). Además, tiene lugar el momento en que se miran y se identifican en el espejo. Puede que se asuste al principio, pero después querrá tocarlo y lamerlo, sonreír delante de él y empezar a emitir toda clase de sonidos.
Ya hace pedorretas y emite sonidos y palabras ('ejj', 'ma' 'da'...) y adquirirá una costumbre que a los padres, de primeras, nos divertirá pero que puede terminar sacándonos de nuestras casillas: tirar todo al suelo. Y es que para él todo será un juego alegre y divertido.
El hecho de que el bebé vaya teniendo más movimientos hará que se dé la vuelta por la noche y que, por momentos, te lo encuentres boca abajo. Ya sabes que lo mejor y, para evitar la muerte súbita, lo recomendable es que el niño duerma boca arriba. Intenta siempre que puedas colocarlo mirando al techo o de lado.
Podemos reducir el riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante, además de con la postura que pongamos al bebé, siguiendo estos consejos: no fumar delante de él (parece obvio, pero no todos los padres lo respetan), no usando almohadas ni poniendo objetos cerca de él, comprando un colchón firme, no abrigándolo en exceso, controlando la temperatura de la habitación (entre 20-22 grados) y, siempre que se pueda, continuando con la lactancia materna.
En cuanto a las horas de sueño, te vamos a contar lo que 'debería dormir' un bebé de cinco meses, pero también lo que pasa en muchos casos. Supuestamente, ya tienen un marcado patrón de sueño y dormirían entre 15 y 18 horas, en la noche (hasta seis horas seguidas) y en las siestas (unas tres al día).
¿Qué pasa si esto no se cumple? ¿Por qué mi bebé no duerme bien? Quizás le has cambiado la rutina (tú te has incorporado al trabajo) o puede que este hábito de ir a la cama no se haya instalado aún en él. Si es así, ¡este es el momento!
Antiguamente a esta edad ya se estaban empezando a introducir los sólidos, pero todavía queda esperar un mes más. Según explica la Asociación Española de Pediatría en su informe 'Guía práctica para padres', el momento oportuno para introducir la alimentación complementaria es hacia los seis meses de edad. La incorporación temprana de la alimentación complementaria produce una disminución de la cantidad total de leche materna, lo que da como resultado una menor ingesta de energía.
Si has empezado con la lactancia materna, ¡sigue con ella todo el tiempo que puedas! ¡Es el mejor regalo que le puedes dar a tu hijo! Pero si por decisión propia o por causas ajenas tu bebé se alimenta con biberón, ¡no pasa nada! Hay muchas otras formas de darle tu cariño y tu amor.
En ambos casos, en la revisión del próximo mes, a los seis meses, el pediatra os indicará si tu bebé está preparado para empezar a comer otras cosas (si logra sentarse con apoyo y ha desaparecido el reflejo de extrusión) y cómo debe realizarse la introducción de la alimentación complementaria y cómo ir incorporando a la dieta los distintos alimentos: cereales, verduras, frutas, pescado... Y, muy importante, aún no se puede dar agua al bebé porque sus riñones están en proceso de maduración.
Cada vez el bebé tiene más capacidad para jugar y relacionarse por lo que los juegos de estimulación son ideales para esta etapa de su vida. Puedes tumbar al bebé boca abajo (notarás que es capaz de levantar la cabeza y un poco el tronco) y dejar un juguete cerca de él para que intente cogerlo.
Cantar al bebé, ponerle música clásica, darle masajes o dejar que toque objetos de diferentes texturas son actividades que relajarán al bebé, lo entretendrán y además, estimularán sus sentidos.
Te darás cuenta de que no necesita pomposos juguetes para pasar un rato divertido y agradable con sus padres. Las cosas más sencillas son las que le llamarán más la atención. Lo más importante para él es que su papá y su mamá (o en su defecto su cuidadores) estén con él.
Más propuestas de actividades que estimularán su oído, su vista o su tacto y que podéis hacer juntos y que os encantarán a ambos son:
- Darle besos con las manos.
- Sacar y meter la lengua mientras le miramos.
- Hacer ruido con los labios.
- Coger sus manos y juntárselas hasta que se toquen.
- Tirar con suavidad de sus antebrazos para llevarle a posición de sentado.
- Aplicar alguna pequeña presión en las plantas de sus pies para que haga esfuerzo por extender las piernas.
- Ponerle en la mano algún objeto y quitárselo cuando lo coja.
Acompáñale siempre que puedas a descubrir el mundo, pero también deja que lo explore por sí solo con una mantita de juegos, libros de tela, etc.
Solo nos queda decirte que disfrutes de tu pequeño y exprimas al máximo cada segundo con él ya que crecen a pasos agigantados. Habrás comprobado que ya no es ese chiquitín tan indefenso, ¡cada día evoluciona más y más!
Sexto Mes de Vida
¡Estamos ante todo un explorador nato! Ha descubierto que hay un maravilloso mundo a su alrededor y quiere disfrutar de él. También se encuentra con que papá y mamá le ponen límites, y es que no siempre lo que él quiere se corresponde con el deseo de sus progenitores. Como dice la psicóloga María Luisa Ferrerós, 'la disciplina a los niños y los límites debe entrar en escena al primer año de vida del niño, cuando el pequeño empieza a caminar y a explorar todo en su entorno y tiene más autonomía'.
Puede que a partir de esta edad comience a aparecer la dentición, si no lo ha hecho antes. Y es que a partir de los seis meses tiene lugar la erupción de los primeros dientes de leche, generalmente los incisivos. Puede que esto cause molestias y dolor al bebé, babeará más y se llevará todo lo que esté a su alcance a la boca.
A los seis meses, el bebé ya puede incorporarse si está boca abajo, apoyándose en las manos. Si está boca arriba, consigue llevar a la boca el pie, algo que gusta a todos los niños de su edad y que tanta gracia les hace a los padres. También es capaz de mantenerse sentado con apoyo. Levanta la mano para ir a por los objetos, coge los juguetes y se los pasa de una mano a otra.
El pequeño ya puede girar la cabeza con total facilidad, buscando a una persona o a un objeto, y sus manos adquieren más fuerza que en las etapas anteriores (desaparece el reflejo prensil). Ahora el bebé de seis meses ya estira los brazos para pedir que su mamá le recoja en sus brazos, y puede perfectamente sujetar el biberón él solito con las dos manos, aunque todavía no consiga llevarle a la boca alimento alguno.
¿Qué ocurre con el sueño? A esta edad tenemos que decirte que los despertares nocturnos son normales y más habituales de lo que se piensa. La mejor forma de hacerlos frente es consolándole con caricias y frases de amor y, solo si tiene hambre evidente, ofrecerle algo. Y, sobre todo, no enciendas la luz porque se desvelará por completo.
Te aconsejamos que pases tiempo observando a tu bebé porque en cada momento o en cada instante descubrirás algo nuevo de él. Por ejemplo, ¿sabes que ya es capaz de memorizar las caras de las personas que le rodean, le quieren y le miman? De ahí que cuando te vea entrar por la puerta se alegre tanto y rechace y tenga miedo a los extraños.
Notarás que tiene un oído muy fino, ¡haz la prueba! Coge un trozo de papel de seda y dóblalo a sus espaldas, ¡verás cómo se gira para ver qué ocurre! (si esto no fuera así, deberías consultar con tu pediatra). También comprueba que llora si oye gritos (como cualquier otra persona) y que se pone feliz cuando le hablas con suavidad y ternura.
Entre los 6 y los 7 meses puede empezar a aparecer uno de los reflejos secundarios que los padres más esperados: el gateo. Colócalo tumbado sobre su barriguita y en una superficie sólida y sé testigo de qué movimientos hace. ¿No es emocionante?
Otro reflejo típico de esta edad del bebé y que desaparece hacia los nueve meses es el reflejo del paracaídas. Si sujetas al bebé por los costados boca abajo y lo inclinas hacia delante, él reaccionará extendiendo los brazos y abriendo las manos. ¡Qué maravilla!
Hasta los seis meses y, según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la alimentación ha sido exclusiva con lactancia materna, pero a partir de ahora ya se le pueden empezar a dar otros alimentos. Eso sí, si puedes sigue con el pecho: ¡es el mejor alimento, la mejor vacuna y el mejor regalo que le puedes dar a tu hijo!
En cuanto a la alimentación que debe llevar, hay que decir que las últimas recomendaciones son que se puede ofrecer cualquier alimento (incluido los llamados alergenos), ya que se ha comprado por distintos estudios que si se retrasa, las reacciones alérgicas pueden ser mayores.
Y ya que el 'orden' ya no importa tanto, sí lo es el tiempo y el modo. Se aconseja dejar que pasen 4-5 días entre un alimento y otro, por si pudiera sentarle mal al niño. A esta edad también puedes empezar a ofrecerle agua, pero siempre hacerlo después de la comida principal para que el niño no tenga la sensación de que se ha llenado. Y está prohibido el uso de azúcar, sal y miel para evitar problemas en los riñones, aparición de caries o bolutismo.
Ahora hablaremos de la forma de dárselo. Puede ser a través de papillas, sopas o licuados o, también, optar por el llamado Baby Led Weaning (BLW), que permite a los bebés alimentarse ellos solos sin ayuda de la cuchara ni de ningún utensilio, pero siempre bajo la supervisión de papá y/o mamá. Si ambas maneras son de tu agrado y dudas, ¿por qué no hacer una alimentación complementaria mixta?
A los seis meses, te sorprenderás cuando el bebé conteste en forma de gorjeo cuando hables con él. El bebé se da cuenta de que tiene vida propia (y voz) y comienza a hacer ruiditos (hasta notarás cómo cambia de tono), mientras a la madre y al padre se les cae la baba con su pequeño.
Puede que balbucee, aunque sin significado, algunos sonidos parecidos a 'papá' o a 'mamá' y que nosotros nos empeñaremos en desmentir orgullosos ante cualquier persona que diga lo contrario.
Al mismo tiempo, según explican desde la Asociación Española de Pediatría en su informe 'Guía práctica para los padres desde el nacimiento hasta los tres años' el niño se se comunica con más facilidad y el bebé cada vez comprende mejor lo que oye, volviéndose un experto en reconocer las emociones de los padres por el tono de voz.
Está demostrado que los niños aprenden por imitación, así que dedica varios ratitos al día a sentarte con tu bebé a charlar, y es que la evolución del habla está muy relacionado con el contacto social. Si el niño escucha hablar, ¡querrá hablar!
Para ayudar al bebé a desarrollarse, se pueden realizar actividades y ejercicios de estimulación. ¡Aquí tienes una lista con algunas propuestas con las que pasaréis un rato muy divertido y agradable!
- El juego el espejo
Es uno de los juegos preferidos de los niños y puedes hacerlo de varias maneras: acercándote y alejándote del espejo o, bien, entrando y saliendo por uno de los laterales. ¿Cuál te gusta más? ¡Prueba los dos!
- La canasta
Seguro que tu retoño tiene cuatro o cinco juguetes favoritos y que tú los tienes colocados en una caja o una cesta, ¿verdad? Acércale el canastillo y déjale que lo coja con una de sus manos. Para los más avanzados, ¡anímale a que se lo pase de una extremidad a otra!
- El escondite
Coge uno de sus objetos favoritos, enséñaselo y, después, tápalo con una prenda de ropa, un pañuelo o una toalla. Tratará de descubrirlo con sus propias manos.
- A caballito
Tú te colocas en una silla o en el sofá, cruzas las piernas y pones a tu hijo sobre tu pie (sujétalo con las dos manos). Sube y baja las piernas muy despacio. ¡Las risas no tardarán en llegar!
Séptimo Mes de Vida
A esta edad el peso medio de un bebé es 8.000 gramos y mide alrededor de unos 66 centímetros de longitud, aunque recuerda no obsesionarte con los percentiles porque estos pueden variar si el niño hasta este momento ha sido alimentado de leche materna o de leche de fórmula y, sobre todo, de cuál fue el peso con el que llegó a este mundo.
Para asegurarte de que el crecimiento de tu retoño está siendo progresivo y no hay ningún problema, lo mejor es acudir a las revisiones pediátricas del bebé según la cartilla médica. La última vez que debiste acudir al médico con tu pequeño fue, seguramente, a los seis meses de edad y, la siguiente, a los nueve.
A partir de este mes es normal que empiecen a salir los dientes de leche (recuerda que los primeros en romper son los incisivos centrales inferiores, pero que el factor genético puede hacer que sea antes o después). Esto le causará molestias por lo que llorará, no comerá bien y puede incluso que le suba la fiebre.
La movilidad corporal del bebé en esta etapa es cada vez mayor y al pequeño le gustará ponerse de pie sobre el regazo de sus padres, eso sí, con ayuda, ya que todavía no se siente muy seguro y capaz. ¡En el séptimo mes de vida el bebé experimenta nuevas emociones y vivirá nuevas experiencias!
Cada vez coge las cosas con mayor decisión con sus manos, y tiene más fuerza en las extremidades inferiores y superiores. Se concentra mucho en averiguar las propiedades de sus juguetes, le gustan y le llaman la atención los sonidos y ruidos. Juega y canta palabras para ver si él puede repetirlas a su modo, ya verás cómo el bebé te copiará y se reirá, y moverá todo su cuerpo.
Los reflejos son los que manifiestan el bebé en los meses siguientes a su nacimiento. Pueden aparecer y desaparecer en algunos meses y son los que, en parte, van a marcar y a determinar que el crecimiento y el desarrollo del niño es el correo.
- El reflejo de Galant, que puede durar hasta el año de nacido. Se conoce también como incurvación del codo y es fácil de apreciarlo. Coloca al bebé tumbado boca abajo y comienza a acariciarlo y a darle pequeños toques al lado de la columna vertebral. Notarás como el bebé girará sus caderas hacia adónde lo tocan en un movimiento y parece que baila.
- El reflejo de Landau que suele aparecer a los cuatro meses y desaparecer por el décimo mes. Si colocas al bebé boca abajo sobre una superficie sólida, notarás como intenta estirar su tronco y su cabeza.
- El Reflejo del Gateo. Al poner al bebé acostado sobre su barriguita y en una base sólida y segura, se puede notar que automáticamente él se pondrá en posición de gateo. Suele aparecer por los 6 o 7 meses hasta que empieza a caminar.
Y, por supuesto, el bebé continuará con esos reflejos con los que ha nacido y que se extenderán durante su vida adulta. ¿Sabes a los que nos referimos? Reflejo de la tos, del parpadeo, del estornudo y del bostezo.
Hasta los seis meses, la leche ha sido su único alimento, pero ¿qué ocurre a partir de ahora? ¿Qué le podemos ofrecer a nuestro pequeño más allá de este producto lácteo? Seguramente en tu revisión de los seis meses, el pediatra te marcó el ritmo y el tipo de alimentos a ofrecer primero, pero si tienes dudas aquí van algunos consejos de cómo se debería realizarse la distribución de las comidas.
- Desayuno y cena
Si tu bebé ha sido alimentado con leche de fórmula, ha llegado el momento de pasar a la de continuación o también conocida como leche tipo 2. A este leche (se recomienda que la ingesta diaria sea de 500 ml) se le añadirán cacitos de cereales, lo que hará que tengas que cambiar la tetina para que el niño lo reciba sin problema. También puedes aprovechar para empezar a introducir la cuchara y que así vaya a poco a poco dejando el biberón.
Si estuvieses alimentando a tu bebé con leche materna y decides continuar, puedes extraerte la leche y mezclarla con los cereales, además de ofrecer el pecho como postre después de cada comida y/o en las meriendas.
- Comida
El plato fuerte puede ser un puré (patata, zanahoria, puerro, calabacín, calabaza, judía verde...), al que le puedes añadir carne roja o blanca, pescado, huevo... Según los últimos estudios si retrasamos la introducción de los alimentos, la reacciones alérgicas pueden ser mayores. Lo que sí que hay que tener en cuenta es no mezclar alimentos para saber si hay alguno que le pueda sentar mal.
- Meriendas
La naranja, la pera, el plátano o la manzana son las primeras frutas en ofrecer a un bebé. Se recomienda empezar una a una, por el riesgo de que alguna de ellas pueda darle alergia. Puedes hacerlo en trocitos muy pequeños si estás con el Baby Led Weaning, triturada con un tenedor o bien en forma de papilla.
Es muy común que los primeros días tu bebé rechacé estos nuevos sabores, porque le resultan extraños, pero tendrás que insistir un poco hasta que se vaya acostumbrando. Y, por favor, no añadas nunca sal, azúcar o ni miel para endulzar o dulcificar las comidas.
A los 7 meses de vida, el bebé estrena un período importante para su desarrollo verbal. Puede entender el significado de algunas palabras como el 'no' o de algunos gestos como reírse y aplaudirle cuando él hace algo bueno y correcto.
Si vive en un ambiente en que haya mucha comunicación entre los padres y con él, el aprendizaje del bebé será un éxito. En caso contrario, su potencial verbal se verá desperdiciado. Los bebés pasan a imitar la forma de hablar de sus papas. Y, prepárate, porque en algún momento dirá 'mamá' o 'papá'.
En el séptimo mes de vida y, según explican en el estudio 'Indicadores importantes a los 7 meses', elaborado por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, el bebé ya reacciona cuando escucha su nombre. Y no solo eso, él relacionará muchos nombres a los objetos y busca el origen de los sonidos. Eso quiere decir que tanto su audición como su visión están interrelacionadas.
A esta edad es muy normal que los bebés se lleven todo a la boca, sea por la salida de los dientes o por juego. El bebé juega con su boca y su lengua, chasquea los labios y puede parecer que da besitos. Gracias a los movimientos que hace con su boca, el bebé puede juntar dos sílabas como 'ba-ba' y 'da-da', y pronunciar algunas sueltas como 'ta', 'ga' o 'ma', aunque carezcan de significado.
Para ayudarle a desarrollar el habla, juega con los sonidos para enseñarle los significados. Prueba con las canciones o libros que tengan sonidos de animales o de medios de transporte.
En su séptimo mes de vida, el bebé se sienta de una manera más equilibrada y muestra determinación cuando quiere algún juguete que está fuera de su alcance. ¡¡¡Intentará de todas formas alcanzarlo!!! Ahora que ya está más activo, ¡es el momento de jugar con él! ¡Aquí tienes algunas ideas!
- Lee cuentos con él
¿Has visto que le gusta observar dibujos e ilustraciones en libros o revistas? Es un momento ideal para mostrarle cuentos interactivos que tengan solapas de sorpresas y con sonidos, o que tú te conviertas en una auténtica cuenta-cuentos. ¡Sonreirá cuando cambies de registro en tu voz!
- A romper papeles
Hay un sencillo juego con el que disfrutan un montón: romper papeles finos y arrugarlos. Saca los folios blancos que tengas por casa (cuidado con los periódicos que tienen tinta, se pueden manchar las manos y llevárselos a la boca) y que no pare la diversión.
- El juego de las 'decisiones'
Le encantará todo juego que esté relacionado con la interacción con su papá y con su mamá. ¡Con ellos quiere pasar mucho tiempo! Una actividad que podéis hacer es ofrecerle dos juguetes y que sea él quien decida. Le podéis 'preguntar' y ver su reacción.
- El ejercicio de la memoria
Coloca varios juguetes sobre el suelo y, pasado un rato, retírale uno y vuelve a mostrárselo y a enseñárselo. ¡Su cara será toda una sorpresa!
Y, muy importante, para estimular a un bebé de 7 meses es necesario contestar a su llanto y a sus necesidades con atención, paciencia y cariño.
Octavo Mes de Vida
En su octavo mes de vida, el peso medio de un bebé son 8.500 gramos y unos 68 centímetros de longitud. En esta etapa los bebés suelen estar más regordetes, presentando pliegues por las piernas y brazos. Están para achucharles... ¡parecen muñecos!
A los ocho meses de vida, el bebé consigue más equilibrio, por lo que su postura es cada día más erguida. A esta edad él se puede sentar solo, con las piernas medio flexionadas y la cabeza erguida por lo menos por 1 minuto. Él 'será consciente' de estas habilidades que va adquiriendo y notarás cómo cada vez más te pedirá salir del carrito o de la silla de paseo. ¡Atrás quedan los paseos relajados y tranquilos!
Es importante que cuando esté el bebé sentado, que se proteja su alrededor tanto delante o detrás del pequeño, con almohadas o cojines. Hay bebés que a los ocho meses ya consiguen ponerse de pie, apoyándose en algún mueble o las piernas de sus padres.
Si no es el caso del tuyo, ¡no te preocupes! Lo que tienes que hacer es, según explican en informe 'Estimulación temprana y actividades para el desarrollo', realizado por Guías de Salud Hesperian, 'ayúdarle a mejorar su equilibrio. Si el niño no puede balancearse estando sentado, todavía no debes de hacerle caminar'.
En su octavo mes de vida, el bebé se divertirá tirando los objetos desde la trona o la cuna, soltándolos en el suelo y esperando a que alguien los recoja. Algo que irrita a los padres y divierte a los más pequeños, que lo harán una y otra vez hasta que reciban un pequeño toque de atención. Y es que no te olvides que desde que son pequeños los psicólogos recomiendan poner límites y establecer normas.
En esta etapa el bebé ya puede mantenerse sentado por sí mismo. Puede rodar y girar su cuerpo hacia la derecha e izquierda (cuidado con dejarle solo en superficies elevadas como la cama). Cuando está tumbado de espaldas, los bebés suelen levantarse solos hasta la posición de sentado, buscar cositas e irse a por ellas.
Cuando está en el regazo de alguien (una actividad que le fascina y demanda muy menudo), el bebé puede mantenerse de pie y ejercer mucha fuerza con las puntas de los pies. Sus manos adquieren habilidades como agarrar o soltar objetos, según el interés que tengan los bebés. ¡Sus deditos funcionarán como pinzas! A la hora de la comida notarás cómo quiere coger la comida él mismo, mientras que si toma biberón te habrás dado cuenta de que ya lo agarra, aunque a veces se le sale.
Aunque ya ha dejado de ser un bebé, todavía mantiene algunos de los reflejos con los que nació. No ha perdido aún el de Babinski (desaparece alrededor del año) y que aparece cuando acaricias el dedo gordo del pie y los deditos se abren en abanico. Todavía mantendrá el reflejo de paracaídas (estira los brazos cuando cree que se va a caer) y el de Landau (el tronco se extiende cuando se deja suspendido al niño cabeza abajo).
Durante el octavo mes los padres solo tendrán que ir ofreciendo más variedad de comida a su bebé. Si el pequeño ya ha experimentado pollo, pues se puede ir diversificando la carne, ofreciéndole conejo, cordero, pavo...
Poco a poco, se puede ir poniendo arroz, legumbres, y observando su interés y gusto. En esta etapa, el bebé ya puede probar trocitos de carne y de verduras en el puré, así como lonchas de frutas como manzana y pera, o plátano.
¡A los bebés les encantará chuparse las puntas del pan y será una forma de comenzar a experimentar con los alimentos sólidos! Aunque también puedes probar el Baby Led Weaning. ¿Has oído hablar de este método que significa el destete conducido por el bebé o alimentación dirigida o autoregulada por el bebé?
Con este sistema el niño se 'alimentará' solo y, entre sus ventajas está que el pequeño come en función de cuáles son sus necesidades, suele probar de todo, es mucho más autónomo y permite instaurar hábitos alimenticios más sanos y saludables.
La comunicación de un bebé de ocho meses ya es más definida en esta etapa. El bebé ya expresa emociones y ya identifica muchas de las reacciones de sus padres. En esta etapa, algunos bebés ya pronuncian sílabas dobles con más claridad.
Ya pueden decir 'mamá' y 'papá', y ya piden cosas como agua, biberón, comida, y puede mostrarse más empáticos con las demás personas, aunque no será hasta que cumpla el año de vida cuando realmente empiece a juntar palabras y a unir ideas.
A un bebé de ocho meses le encantará aprender y señalar algunas partes del cuerpo, a los animales, los objetos de la casa... Le ayudamos? El niño necesita muchos estímulos para aprender a hablar. Juega con él, háblale, cuéntale cuentos y cántale a menudo.
Otra cosa muy sencilla que puedes hacer es, por ejemplo, en el momento del baño hacerle preguntas (dale tiempo para contestarlas). No se trata de forzarle, presionarle u obligarle sino de ofrecerle todas las oportunidades que pueda tener a su alcance para aprender y desarrollarse.
En esta etapa es muy importante que se estimule y se ofrezca seguridad a los bebés. Se debe ‘vestir’ la casa de seguridad en los enchufes y en las esquinas de los muebles, ya que el bebé se mostrará inquieto, curioso, sin tener percepción sobre los peligros.
El bebé tiene más control en sus manos, piernas y es una etapa ideal para estimular su gateo (tan importante para el desarrollo de otras habilidades como leer y o escribir), su motricidad fina, así como sus piernas.
Al bebé le encanta tirar objetos e incluso alguna comida de su plato. Para él, eso será un juego. En esta etapa, el bebé ya consigue amasar, tirar, abrir, apretar, etc. Los juegos de objetos que forman torres son ideales para ejercitar su curiosidad y habilidades.
Pero antes de lanzarte a suelo a pasar un rato divertido con tu bebé, no está demás que tengas en mente estos consejos:
- El tiempo de juego no debe durar mucho tiempo. ¡El niño puede que se canse!
- Muéstrale actividades diferentes para que no se 'aburra' y se motive más.
- Asegúrate de que los juegos o juguetes están limpios.
- También que sean acordes a su edad.
- Introduce el efecto sorpresa y de la improvisación, y es que un juego necesita ser aventura y libertad.
- Usa tu imaginación y los recursos que tengas a mano para crear juguetes. ¿Qué tal si metemos garbanzos en un botella vacío de plástico y le pedimos al niño que la agite?
Noveno Mes de Vida
En su noveno mes de vida, el peso medio de un bebé son 9.000 gramos y unos 70 centímetros de longitud. En esta etapa los bebés suelen estar más regordetes, presentando pliegues por las piernas y brazos. Están para achucharles, parecen muñecos de peluche y los padres para inmortalizar este momento no dejamos de hacerles un montón de fotos.
A los nueve meses de vida, la postura del cuerpo y movimientos del bebé son más equilibrados, lo que le permite gatear, arrastrarse sobre la nalga o el muslo e incluso a ponerse de pie. Podemos estimularle el gateo con actividades como ponerle uno de sus juguetes favoritos lejos de él para que él intente iniciar la 'marcha' y vaya reptando.
Favorecer el gateo es muy importante para un crecimiento correcto del niño ya que le ayuda a ejercitar y perfeccionar la visión, tiene un papel destacado para el desarrollo de la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal, favorece su capacidad de comunicación con el mundo y estimula la tactilidad de la palma de la mano.
Según explican desde la Asociación Española de Pediatría en su informe 'Guía práctica para padres. Desde el nacimiento hasta los 3 años', 'existen variaciones que se salen de la normalidad pero que no se consideran patológicas, como adquirir la marcha sin pasar por fase de gateo, el desplazamiento sentado sobre las nalgas o apoyando una rodilla, la marcha de puntillas en las primeras semanas tras el inicio de la marcha, el retraso en saltar sobre un pie o el tartamudeo fisiológico'.
En esta etapa el reflejo del paso es muy identificable. Cuando al tomar el bebé alrededor de su barriga, sujetándolo por debajo de sus axilas y tratando de ponerlo de pie, el bebé empezará a realizar movimientos como si estuviera dando sus primeros pasos, al tocar sus pies a una base sólida. Así empieza el proceso para que el bebé aprenda a caminar, pero recuerda que no hay que forzarle y que cada niño tiene su proceso. Todavía es pequeño y es posible que tarde aún usos meses en iniciar la marcha (hasta los 18 meses se considera, siempre y cuando no haya sido prematuro, que es normal que no caminen).
Su motricidad fina le permite coger objetos, tenderlos a sus padres, jugar a tirar los objetos... El bebé de nueve meses tiene mucha más fuerza en las piernas, brazos y manos. Él empieza a juntar el dedo pulgar al indicador para coger a objetos pequeños. Ese paso es tan importante, como el decir la primera palabra o como hemos comentado más arriba empezar a caminar.
Eso quiere decir claramente que el bebé empieza una nueva etapa en su vida. Que sus habilidades se están desarrollando positivamente. Asimismo, también le gusta hacer palmas, le divierte y le entretiene mucho. Y, si aún no ha ocurrido, no te extrañe acudir un día a despertarle y verle colocado de pie en la cuna agarrándose fuerte a los barrotes. ¡Otro instante que recordarás para siempre! Durante los próximos meses continuará mejorando el equilibrio en las diferentes posiciones, sentado o de pie. Del mismo modo, mejora el paso de tumbado a sentado y de sentado a de pie.
Por lo general, los bebés de nueve meses ya habrán probado la mayoría de las frutas y verduras, así como la carne de pollo, de pavo, ternera y otras. Una vez que el pequeño haya probado cada verdura en los purés, se debería combinar los alimentos para variar los sabores y las texturas.
Algunos bebés ya pueden probar algo de legumbres como lentejas, como también el arroz. Tanto la sal como el azúcar no deben ser añadidos a la dieta de los bebés de nueve meses. Solo se puede añadir un poquito de aceite de oliva en los purés de verdura.
Otros alimentos que no se recomienda ofrecer a los niños hasta que por lo menos no cumplan un año de edad son la miel, por el riesgo a contraer la enfermedad del bolutismo; las acelgas y las espinacas, ya que tienen un alto contenido en nitratos; alimentos bajos en grasas (los conocidos como '0%'), aunque tampoco hay que abusar y, si se puede evitar, las grasas saturadas e hidrogenadas (o grasas trans).
Es recomendable que el bebé pueda seguir probando trocitos de fruta o de pan para que, poco a poco, vayamos estimulando la masticación del pequeño, pero siempre teniendo mucho cuidado de que sean alimentos que no ofrezcan riesgos de atragantamiento.
Gracias a la sociabilidad que adquiere el bebé de nueve meses, el bebé se vuelve más activo con las personas a su alrededor. El desarrollo de su visión y audición es mucho más definido y claro, y las experiencias que irá probando definirán más su temperamento y personalidad. El bebé ya se reconoce en el espejo (le encanta mirarse) y su cabeza gira en dirección a la voz que suena a su lado.
Al mismo tiempo que se va haciendo más sociable, el bebé también empezará a apegarse más a su madre, sufriendo mucho cuando se separa de ella. Todo es mucho más visual y sonoro para el bebé. Las palabras de caricia y ternura de su madre es muy importante para él. En este etapa aparece el miedo ante el extraño y protesta al separarse de sus cuidadores y familiares más cercanos.
A los nueve meses, muchos bebés se divierten con su propia voz. Juegan con su voz e a imitar a los sonidos de sus padres, de los animales, e intentan incluso emitir sonidos de tos, de pedorretas y chillidos. Si el bebé todavía no ha dicho ni ‘papá’ ni ‘mamá’, es casi seguro que a los nueve meses, empiece a decirlo.
En esta etapa, el bebé identifica a todos los de la casa, incluso al perro. Si le preguntas: ¿dónde está mamá?, el bebé girará su cabeza y abrirá sus ojitos para buscar a su mamá. Si le cantas alguna canción que gestos, seguramente el bebé intentará imitarlos. Su comunicación será mucho más fluida en esta etapa.
Se puede decir que a los nueve meses el bebé empieza una nueva etapa en su vida en cuanto a sus habilidades. ¡Para él todo es un juego y busca divertirse y compartir momentos con sus familiares! ¿Qué actividades son las más recomendadas para un bebé que se encuentra en el noveno mes de vida?
- Juegos con la pelota
Si en casa disponéis de un pasillo largo, poneros cada uno en un extremo y jugad a lanzar la pelota. Será una de las propuestas con las que pasará más tiempo. Otra modalidad cuando bajéis al parque es colocaros un poco más cerca y tiraros la pelota. Al principio puede que le cuesta agarrarla, pero terminará aprendiendo.
- El escondite
El efecto sorpresa les llama mucho la atención. Escóndete, por ejemplo, detrás de una puerta o del sofá y sal cuando él menos se lo espere. Se trata del clásico juego del cucutrás que nunca pasa de moda y que tiene muchos beneficios. Investigadores de la Universidad de Cambridge apuntan a que esta actividad puede ayudar a los niños más pequeños a superar el miedo a separarse de su madre.
- La granja
Esta actividad está pensada para estimular su lenguaje y su capacidad auditiva, además de enseñarle los distintos animales de la granja. Dibuja en diferentes papeles un gato, un perro, un pájaro y/o un león y después muéstraselos a tu hijo mientras realizas el sonido de cada uno de ellos. ¡Verás cómo quiere imitarlo!
Décimo Mes de Vida
En su décimo mes de vida, el peso medio de un bebé son 9.600 g y unos 74 cm de longitud. En esta etapa los bebés suelen estar más fuertes y con más determinación. No sólo sabe lo que quiere y lo que no, sino que ya puede buscarlo por la casa.
A los diez meses de nacido, el bebé ya podrá gatear libremente con sus muslos, nalgas, manos y rodillas. No todos los bebés gatean igualmente. Al inicio, es algo más inseguro, pero poco a poco el bebé se va adquiriendo más seguridad y fuerzas en las piernas y en cualquier momento se pondrá de pie .En esta etapa el reflejo del paso es muy definido. Hay bebés que a los diez meses ya caminan.
A los diez meses de vida, el bebé alcanza un pequeño grado de autonomía gracias a que ya sostiene una postura mucho más equilibrada. En esta etapa, el bebé ya se sienta con las piernas completamente extendidas y con la espalda recta. Ya se levanta solo y con más control. Si los padres lo toman en sus brazos puede que el bebé intente caminar, pero todavía sus pasos son irregulares e inseguros. Tal vez ya se desplaza caminando con la ayuda de algún mueble y se queda parado solito. Tanto las manos como los dedos del bebé estarán más ágiles, tanto es así que ya algunos bebés ya podrán sujetar la cuchara para comer. También podrán beber por su cuenta.
Por lo general, los bebés de diez meses ya pueden comer más de los alimentos que suele comer su familia, y es muy probable que pueda masticar alguna cosita ya que tiene dientes. El bebé podrá, por ejemplo, comer un plátano o chupar una naranja, aunque se ensúcie entero. En esta etapa, los bebés ya comen por si mismos con una cuchara y cada vez habrá más alimentos sólidos y enteros en su dieta. Será más fácil alimentar a un bebé de esta edad. Aún así, no se debe olvidar de introducir sólo un alimento nuevo a la vez y esperar por lo menos dos días para asegurarse de que el bebé no sea alérgico a cualquier cosa que haya comido.
En esta etapa el bebé ya logra entender algunos conceptos básicos como "aquí", "allá", "fuera", "dentro", y otras palabras así de simples y fáciles para su tiempo.
El bebé ya intenta interactuar con todas las personas a su alrededor. El desarrollo de su visión y audición es mucho más agudo. El bebé ya entiende las prohibiciones. Ante la palabra ¡NO! detiene inmediatamente lo que estaba haciendo, aunque se olvida fácilmente de lo que estaba prohibido. El bebé puede entender con mucha claridad cuando sus padres desaprueban su comportamiento. Prueba de ello, es que muchas veces cuando damos un toque de atención a nuestros hijos, éstos rápidamente se lanzan a llorar desconsoladamente al pensar que les estamos regañando. Asimismo, suele expresar con más facilidad sus sentimientos sintiendo, por ejemplo,el típico ataque de celos de su mamá cuando coge algún otro bebé en sus brazos, algo muy común en todos los pequeños. No en vano...ya reza el refrán que madre no hay más que una.
En esta etapa, de una forma general, los bebés estarán gateando por toda la casa. Ya recorren grandes distancias, cambiando algunos objetos de lugar. Aquí empieza su etapa de investigación. No obstante, también querrán abrir cajones, armarios...y todo cuidado será poco. La emoción es fuerte. Juega con él en el suelo, para contagiarle un sentimiento de confianza. En algún momento su hijo se pondrá de pie y andará. No le transmitas ansiedad o miedo, no tema que se caiga. Déjele que busque él mismo su propio apoyo. Y ya verá que tras un período de entrenamiento, él será capaz de ponerse libremente de pie.
Undécimo Mes de Vida
El peso medio de un bebé a los 11 meses de edad, suele ser de 10.000 g y puede medir unos 76 cm de longitud. En esta etapa los bebés suelen estabilizar el peso, ya que se mueven con más energía, aunque también coman más. Al ponerse de pie y caminar, el bebé dará un estirón en cualquier momento.
En esta etapa, algunos bebés suelen ponerse de pie. Todavía no se sienten seguros del todo, por eso siempre buscan apoyarse con sus manos en algún mueble de la casa. Algunos bebés pueden hacerlo incluso con una sola mano. Si tiene el apoyo de las manos de sus padres, el bebé podrá dar pasos. El bebé de once meses también podrá lanzar una pelota, señalar con el dedo, y jugar a colocar objetos dentro de otros.
En esta etapa, los bebés ya tendrán la fontanela totalmente cerrada. Sus piernas pueden estar aún arqueadas y sus pies planos, por lo que le dificulta estar mucho tiempo de pie. Para andar el bebé coge las manos de sus padres o buscan estar apoyados con un andador. Su movilidad está en pleno desarrollo. El bebé está a punto de dar sus primeros pasos. Sus manos cada vez consigue tener más estabilidad, lo que permite al bebé alimentarse solo, utilizando du propia cuchara y plato. El bebé consigue tirar cosas, hacer algunos garabatos y sujetar cosas con una sola mano. Su destreza es muy visible.
En esta etapa, muchos bebés ya empiezan a tener en su dieta las legumbres. Al principio, se mezclan las legumbres a las verduras. Su introducción a la alimentación del bebé debe ser gradual para evitar la flatulencia. El bebé experimentará una sana y rica dieta proteica. TAmbién se puede ofrecer las legumbres a los bebés en forma de purés.
Su mente. Le encantan las bromas y hará cualquier cosa por una respuesta positiva, como tu risa: así se sentirá bien consigo mismo. Ya sabe besar y querrá besarte; déjate besar, pero no le pidas que bese a extraños. Para ayudarle, ríete cuando algo le resulte divertido y háblale con entusiasmo de tus actividades.
Para estimular su desarrollo psicomotor, anímale a que se suelte cuando esté caminando llamándole hacia ti. También puede levantarse y agacharse por sus propios medios.Sus habilidades sociales. Ya sabe quién es. Se ha vuelto bastante posesivo respecto a sus juguetes y no le gusta que se los quiten. Le encantan las reuniones sociales, siempre que tú o alguien a quien conozca le lleve en brazos. Te dará las cosas que le pidas, pero no se las quites por la fuerza, o seguirá este ejemplo cuando quiera algo y no lo consiga.
Para fomentar su interacción social, preséntale a muchos bebés; si son mayores que él, verás cómo los observa y los intenta imitar. Enséñale a mostrar afecto por las personas que le rodean. Déjale de vez en cuando con una niñera o un familiar, para que se acostumbre a estar con otras personas que no sean sus padres.
En esta etapa, los bebés pueden imitar el sonido de algunos animales como el del perro, gato, pato y dice algunas palabras como 'agua' o 'bibe'. El niño está precioso, nadie lo duda, a las madres se les cae la baba con su pequeño. Está es una de las etapas más dulces, más graciosa, aunque puede reaccionar con enfado si se le contradice, pues no hay que olvidar que el niño sigue desarrollando su carácter. El niño sabe quién es y responde como tal a su nombre. Desea estar con otros bebés, pero aún no entiende el significado de compartir sus juguetes, es muy posesivo y lo quiere todo para él.
Según las reacciones que tengan los bebés en esa etapa de su vida, algunos padres pueden supuestamente conocer la personalidad de su bebé. Si él tiene un carácter impulsivo, observador, curioso, reflexivo, inquieto, etc. Por ello es muy aconsejable estimular a tu bebé con juegos educativos e interactivos para fortalecer su carácter.
Primer Año de Vida
Primer acontecimiento importante para tú bebé, mejor dicho para los papás, para mi fue muy emocionante prepararle su primer año de vida, fiesta con globos, tarta de cumpleaños personalizada con los dibujos animados que comienza ver, en fin todo un acontecimiento.
Probablemente ya te habrás dado cuenta de que el incremento de peso de tu bebé se ha estancado un poco. y es que durante los primeros seis meses es muy rápido, pero a partir de ahí va mucho más lento, algo que no debe preocuparte si notas que come bien y que está sano.
Para que te hagas una idea y no te alarmes cuando le pongas sobre la báscula, durante los primeros tres meses, el aumento de peso oscila entre 750 - 900 gramos, en cambio entre el noveno mes y el año de edad, el promedio mensual se sitúa entre 250 - 300 gramos.
Otra razón que lleva a que el niño no coja peso es que ahora se mueve más, es decir, gasta mucha más energía. Una vez que el bebé aprende a caminar, no para. Ya no querrá que le cojan en brazos como cuando era más bebé, sino que prefiere moverse a sus anchas, ¡eso por no hablar de que no querrá ir en el carrito de paseo!
En cuanto a la altura, esta varía -igual que ocurre con el peso- en función de si tienes una niña o un niño, pero la media está entre los 73-77 centímetros, pero dependerá de cuál haya sido su altura en el momento del nacimiento (no es lo mismo un niño prematuro que un niño a término).
En su primer añito, los niños están para comérselos. Son una monada y a los padres nos deleitan con sus primeras carantoñas, que se basan en tirar besitos con las manos. Cada día comprende mejor lo que le dicen, aunque su capacidad de hablar sea limitada y balbuceé palabras ininteligibles para los padres. No obstante, se nota una evolución y ya puede perfectamente decir su edad enseñando el uno con el dedo indicador.
Otro gran hito, cómo explican en el informe 'Buen comienzo, buen futuro. El bebé de doce meses', elaborado por el Departamento de Agricultura de EE.UU, el Departamento de Educación de EE.UU y el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU, es que a esta edad demuestran que entienden muchas palabras aunque no las puedan decir. Esto se llama el lenguaje receptivo. Por ejemplo, cuando le pides que te dé un juguete o que señale una imagen de un libro, lo puede hacer.
Como padres desde casa podéis apoyarle en el este desarrollo del lenguaje con pequeñas acciones diarias:
- A la hora de contar cuentos, pídele que te diga dónde está la vaca, el perro o el león (déjale tiempo para que piense, reflexione y te conteste).
- Cuando pronuncie una palabra 'incorrectamente', repítela tú 'correctamente' para que la vaya aprendiendo.
- En el momento de paseo en el carrito o agarrado a tu mano, descríbele todo lo que os encontráis en el camino. ¡Descubrirá palabras nuevas!
Ahora el pequeño comienza también a mostrar su carácter. No sabe hablar bien, pero sí sabe reaccionar cuando no quiere algo o sencillamente le molesta. Alguna que otra rabieta puede surgir en esa etapa, debido a que el bebé probará algo de independencia al transitar de un lado a otro. Eso le dará más confianza y por lo tanto reaccionará con enfado delante de sus propias limitaciones impuestas por sus padres.
Por esa misma razón, los padres deben tener mucho cuidado en esta fase para que no haya ninguna caída importante que le pueda afectar seriamente, ya que esto podría hacer que el bebé se vuelva miedoso para andar. Parece llevar siempre las 'pilas' puestas, y tendrá a sus padres correteando todo el día tras él. Lo bueno de todo esto para los padres es que después de un día movido, él pequeño se dormirá mejor por las noches.
En cuanto a la sociabilidad del bebé, se percibe un aumento. El niño ya no quiere estar solo bajo ningún concepto, necesita verse rodeado de gente. Y si lo está, romperá a llorar. Pero no solo necesita compañía afectiva, sino también para el ocio. Él no quiere estar ni jugar solo. Aún depende mucho de sus papás para sentirse seguro, y lo seguirá haciendo también aunque sea mayor.
Hay madres que continuan con la lactancia materna a demanda. Si es tu caso, te animamos a que lo hagas porque como bien dice la OMS, es recomendable hasta los dos años de edad. Puede que no sea tu caso y que tu pequeño esté ya con el biberón.
A esta edad, muchas madres quieren o desean que su hijo empiece a dejar el biberón y se vaya acostumbrando más a beber en vaso o a utilizar los cubiertos, sobre todo la cuchara. Tómate tu tiempo porque el paso del biberón al vaso con asas puede ser largo, pero al final siempre se consigue.
Notarás cómo tu bebé empieza a querer comer él solo y a manifestar cierta predilección por unos alimentos y rechazo por otros. Su sistema digestivo ya está madurado y, a no ser que haya alguna alergia o intolerancia, puede comer de todo (evitar echar sal o azúcar a las comidas), así que es el momento de sentaros todos a la mesa y establecer buenos hábitos.
Ya puede, por ejemplo, empezar a tomar leche de vaca, como hacen los adultos. Que no sea desnatada o semi desnatada porque los niños necesitan la grasa para crecer. Y es importante establecer un menú variado:
- Las frutas y verduras se pueden comer a diario.
- No olvidarse de las legumbres ni tampoco de los cereales.
- Alternar carnes, pescados y huevos en las cenas y en las comidas.
- Empezar a sustituir los purés por alimentos sólidos para que se acostumbre a masticar.
Los niños de un año son muy activos y participativos. Con ellos puedes hacer y jugar a muchas cosas, pero ¿cuáles son los mejores juegos según su edad y cómo podemos disfrutar del tiempo con ellos?
- Libros
Los mejores son aquellos que tiene muchas imágenes con objetos comunes que ellos mismos puedan reconocer. ¡Les hará mucha ilusión!
- Rompecabezas
Serán aún muy pequeños para hacer puzzles, pero en cambio no lo serán para los rompecabezas. Cogerán las piezas y las moverán de sitio continuamente.
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- Pelotas
Puede que las de tela ya no les llame tanto la atención, en cambio las de plástico serán su predilección. Les encantará cogerlas y tirarlas y, si el niño ya anda, lanzarla lejos.
- Juegos de construcción
Los de madera son los mejores, ya que son muy resistentes y son muy seguros. Verás qué bien se lo pasa edificando grandes torres y después... ¡destruyéndolas!
- Instrumentos musicales
Sabemos que son muy ruidosos y que pueden llegar a desesperar a algunos padres, pero son una forma de alimentar su amor por la música.
- Objetos para el agua y la arena
Tanto en el momento del baño como cuando vayáis al parque. El cubo y la pala o los animales que se meten en el agua favorecerán su desarrollo.